🥣 El budín de pan de la abuela Violeta

(y otros secretos que se cocinan lento)

Había una cuchara de madera.

Una vieja budinera alta. Un horno encendido a fuego muy bajo. Y una cocina que olía a leche caliente, canela y pasas negras.

Ese era el escenario donde, en algunas tardes especiales, mi abuela Violeta preparaba su famoso budín de pan.
No era un postre de todos los días. Era un regalo de los domingos tranquilos, de los cumpleaños en casa, o de esos días donde el alma pedía dulce consuelo.

Ella tenía sus secretos.
Pocos, simples… pero sagrados.

Primero, el pan. Siempre remojado en leche tibia hasta quedar completamente suave.
Luego, los huevos —“que sean caseros”, decía con su voz firme—, y una ramita de canela que perfumaba toda la cocina antes siquiera de que el budín tocara el horno.
Ponía el azúcar en la budinera y la calentaba hasta que se volvía caramelo oscuro y brillante. Y allí vertía la mezcla, con delicadeza, como quien vierte un recuerdo dentro de una cápsula del tiempo.

Siempre lo cocinaba a baño María, en el horno más bajo, durante mucho tiempo.
Y yo esperaba.
Y olía.
Y sabía que algo importante estaba pasando.

Porque más que un postre, el budín de pan de la abuela era una forma de cuidar.
De estar presentes.
De decir: “Te quiero, sin apuro”.

🍞 Receta del budín de pan con pasas de uva (a lo Violeta)

Ingredientes:

• 300 g de pan viejo (idealmente de uno o dos días)

• 500 ml de leche entera tibia

• 3 huevos caseros

• 100 g de azúcar

• 1 ramita de canela

• 1 cdita de esencia de vainilla

• 100 g de pasas de uva negras

• Azúcar adicional para el caramelo

Paso a paso:

1. Rompé el pan en trozos y remojalo en la leche tibia. Dejalo descansar unos 10 minutos hasta que esté completamente blando.

2. En otro recipiente, batí los huevos con el azúcar, la vainilla y la canela.

3. Mezclá ambas preparaciones, incorporá las pasas y revolvé bien.

4. En una budinera (si es alta, mejor), prepará un caramelo con azúcar a fuego bajo y cubrí todo el fondo.

5. Verté la mezcla sobre el caramelo con cuidado.

6. Llevá al horno a baño María, fuego bajo, durante aproximadamente 1 hora y media.

7. Cuando esté listo, dejalo enfriar muy bien antes de desmoldar.

"A veces, pienso que no es el budín lo que extraño... Sino todo lo que se cocinaba junto con él".

El silencio.
Las manos de mi abuela.
El aroma de una historia contada sin palabras.
La certeza de que todo iba a estar bien.

Hoy vuelvo a hacer ese budín para sentirme cerca.
Para cuidar a otros como ella me cuidó a mí.
Para que no se pierdan esas pequeñas cosas que, aunque simples, son medicina para el alma.

🌿 ¿Y vos? ¿Tenés una receta familiar que guardás como un tesoro?

Podés compartirla en los comentarios o simplemente traerla hoy a tu mesa.
Porque en cada cucharada, tal vez, vuelva a aparecer alguien que nos enseñó a amar con el fuego lento.